Esos del alma, a los que le contarías todo, los que nunca te fallan. Están los amigos circunstanciales y los amigos espirituales.
Con los primeros cenas, te diviertes, hablas de temas triviales. A los del alma no necesitas casi verlos, pero si desnudas tu verdad ante ellos, son personas a las que piensas no asustarán tus ideas, tu singularidad, con las que te sientes cómoda, libre, puedes dejar volar tu imaginación, quitarte el corsé, aquéllos amigos solo quieren oírse a sí mismos, no escuchan, están embutidos en sus alegrías o en sus penas, en sus éxitos o en sus fracasos…solo se quieren oír a sí mismos, te oyen porque no son sordos pero no les interesa tus vivencias.
Para descubrir la diferencia, intenta desnudar tu alma y comprobarás por sus reacciones quien es quien. También ocurre esto desgraciadamente con los familiares, cuánta incomunicación! En la era de las comunicaciones, por todo ello, agradezco a la vida los amigos y familiares del alma, no son muchos, pero son los más especiales y a ellos dedico estos pensamientos.